Quería ir a una playa del sur. Quise conocer, pero nunca llegué. Según una torpe investigación en internet debía llegar a Curicó y de ahí a en un bus local que no llegaba más que hasta el interior. Tuve que tomar otro bus que me llevó a otra playa. Iloca.
No fué muy memorable estar en esa playa. Al final estar en Curicó fue la mayor impresión. Es la tierra de mi abuela y tíos abuelos. La plaza de Curicó es tan bella en la máxima expresión de esa palabra. Sus árboles son altísimos y da una rara sensación de ser un bosque de otra era geológica, con vegetales y árboles gigantes, sombría en pleno verano.
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| Cosas, lugares, personas y sucesos extraños que no encajan en lógicas de ningún tipo |
| A propósito del tiempo |
Fantasmal derrumbe, no puedes sino sentir ese sonido que comienza suave como una cocción de piedras que empieza a hervir.
Nada hay que podamos decir de esta mitad de ángel.
